Mamell Dungün ofrece diversos productos artesanales, elaborados principalmente en base a madera, los que también se complementan con otras materias primas, tales como ñocha, lanas y otros materiales, como papel, tela, tornillos, cordelillos de pita y/o alpaca.
Mamell Dungün parte de la base de reciclar productos que al parecer ya no tienen vida útil, siendo el más importante el pellín (madera madura). El pellín con el que se trabaja es en su mayoría de Hualle (roble) y Coigüe, provenientes de estacas viejas que se encuentran tiradas o semideterioradas, tablas y/o postes de casas antiguas destruidas, pedazos de trancas o portones viejos, y en definitiva toda madera que para los demás ya no presta ninguna utilidad, pero que para nosotros sí tiene mucho valor.
El pellín es una madera que tiene muchos años (varios siglos) y que al pasar de los años, se torna de mejor calidad, más noble, duradera, resistentes a los cambios climáticos y más dócil y fácil de trabajar, sin mencionar la gran belleza de sus hebras o fibras. El pellín de Hualle o roble y el pellín de Coigüe se diferencian principalmente en su coloración, siendo el pellín de roble más rojizo que el del coigüe, que es más blanquecino.
Junto a la madera de pellín, también se utilizan maderas más jóvenes, las cuales son mucho más blancas, pero no por ello son menos resistentes o hermosas, pues en este taller se utilizan sólo maderas nativas mapuche (no chilenas, como mal se dice “madera chilena”)
Mamell Dungün parte de la base de reciclar productos que al parecer ya no tienen vida útil, siendo el más importante el pellín (madera madura). El pellín con el que se trabaja es en su mayoría de Hualle (roble) y Coigüe, provenientes de estacas viejas que se encuentran tiradas o semideterioradas, tablas y/o postes de casas antiguas destruidas, pedazos de trancas o portones viejos, y en definitiva toda madera que para los demás ya no presta ninguna utilidad, pero que para nosotros sí tiene mucho valor.
El pellín es una madera que tiene muchos años (varios siglos) y que al pasar de los años, se torna de mejor calidad, más noble, duradera, resistentes a los cambios climáticos y más dócil y fácil de trabajar, sin mencionar la gran belleza de sus hebras o fibras. El pellín de Hualle o roble y el pellín de Coigüe se diferencian principalmente en su coloración, siendo el pellín de roble más rojizo que el del coigüe, que es más blanquecino.
Junto a la madera de pellín, también se utilizan maderas más jóvenes, las cuales son mucho más blancas, pero no por ello son menos resistentes o hermosas, pues en este taller se utilizan sólo maderas nativas mapuche (no chilenas, como mal se dice “madera chilena”)
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